Taller 5 - Aceptar, reconocer.
Para cambiar hace falta aprender aceptar, permitir, reconocer como es, sin juzgar, sin intentar cambiarlo. Una actitud de aceptar es un paso importante para llegar a cuidar de uno mismo. Y en ver que hay que cambiar (si hay algo). permitir que sea/dejar estar La directriz básica para esta práctica es adquirir conciencia de lo que más predomine en nuestra experiencia de instante a instante, es decir: si la mente siente la tendencia de ir a un lugar en especial, con pensamientos, sentimientos o sensaciones del cuerpo en particular, nosotros llevamos deliberada e intencionadamente una atención consciente y cálida a este lugar. Este es el primer paso.
El segundo paso consiste en notar, lo mejor que podamos, cómo nos relacionamos con lo que surge en este lugar. A menudo podemos estar con un pensamiento, sentimiento o sensación del cuerpo que surge, pero lo hacemos sin aceptarlo, de manera reactiva. Si nos gusta solemos aferrarnos a ello; nos apegamos a ello. Si no nos gusta por que es doloroso, desagradable o incómodo de algún modo, tendemos a contraernos, a rechazarlo debido a miedo, irritación o enfado.
Cada una de estas respuestas es lo contrario de la aceptación. La manera más fácil de relajarse es, en primer lugar, dejar de intentar cambiar las cosas. Aceptar una experiencia significa simplemente dejar un espacio para sea lo que sea que esté sucediendo, en vez de intentar crear otro estado. A través de la aceptación nos acomodamos en la conciencia de lo que haya en el presente. Lo dejamos estar –sencillamente notamos y observamos lo que ya está presente.
Esta es la manera de relacionarnos con las experiencias que atraen con fuerza nuestra atención. Por ejemplo, si notas que tu conciencia sigue apartándose de la respiración (u otro foco de atención) y se dirige hacia sensaciones particulares en el cuerpo asociadas con molestias físicas, emociones o sentimientos, el primer paso es prestar atención consciente a estas sensaciones físicas, de pasar deliberadamente el enfoque de tu conciencia a la parte del cuerpo en la que estas sensaciones sean más fuertes.
La respiración brinda un útil vehículo para hacerlo –del mismo modo que lo practicaste en el escaneo del cuerpo puedes llevar una atención consciente y cálida a esta parte del cuerpo “inhalando” en esta parte durante la inhalación y “exhalando” desde ella en la exhalación. Una vez tu atención haya pasado a las sensaciones del cuerpo y tengas el elemento en el campo de la conciencia, dite a ti mismo “Está bien. Sea lo que sea está bien. Déjame sentirlo”, usando cada exhalación para suavizar y abrir las sensaciones de las que te has vuelto consciente.
La aceptación no es resignación: la aceptación es un primer paso decisivo, nos permite hacernos completamente conscientes de las dificultades y luego, si es lo apropiado, responder de una manera hábil en vez de reaccionar de manera visceral usando alguna de nuestras estrategias (que a menudo ayudan poco) para ocuparnos de las dificultades.